La tensión al alza sobre los precios de la vivienda en las grandes urbes españolas está provocando un desplazamiento de la demanda hacia zonas periféricas donde se pueden encontrar soluciones más asequibles. Un fenómeno que acaba tensionando también a ciudades como Guadalajara o Badalona
A este patrón de consumo se le denomina como “mancha de aceite”, pues se va desplazando y expandiendo hacia puntos geográficos cada vez más alejados, conforme los precios se van encareciendo en esos puntos. Un proceso apoyado en la consolidación del ciclo expansivo del sector en los últimos años.
En 2025 la demanda se disparó con la distensión de las condiciones financieras, con el recorte de tipos, (el tipo de interés medio en enero fue del 3,08% según el INE, cuando había terminado 2024 en el 3,25%). y la buena marcha de la economía española, junto a los significativos flujos demográficos.
La oferta de obra nueva va muy por detrás de la demanda.De este modo, la demanda experimentó avances de entre el 7% y el 8%, prácticamente el doble que el año anterior, según recoge el último informe de CaixaBank Research. Esta fortaleza, sin embargo, no ha venido acompañada por la oferta, provocando fuertes desequilibrios y tensiones en los precios y acentuando los riesgos de créditos excesivos. Se estima que sería necesaria la construcción de más de 200.000 casas anuales para evitar este desequilibrio frente a las poco más de 110.000 viviendas nuevas que llegaron al mercado el pasado año.
El principal riesgo para el sector continúa siendo el fuerte aumento de los precios, que dificulta la accesibilidad de la vivienda, sobre todo en las zonas más tensionadas. No obstante, ese fuerte encarecimiento podría estar provocando un adelanto de las compras ante las expectativas de que la escasez de oferta de vivienda continúe impulsando al alza los precios de la vivienda en los próximos trimestres, destaca el analista de Ibercaja.
Todo apunta, por tanto, a que este año los problemas en el sector, sobre todo de precios, seguirán agudizándose, acentuando los retos de acceso a la vivienda en determinadas localizaciones como grandes centros urbanos o zonas turísticas, y se irá agravando en zonas periféricas, como es el caso de Guadalajara o Toledo en los alrededores de Madrid -algo que contrasta, paradójicamente, con la fuerte despoblación de buena parte de la región o de Argentona o Badalona en las inmediaciones de Barcelona, afectando de lleno también al mercado del alquiler.
Fuente: El decano de Guadalajara